miércoles, 20 de abril de 2011

Como funcionan los espejos - Un ejemplo sencillo

Francisco Serradilla e Irene | 12 febrero 2011

La tecnología está presente en muchas cosas que no tienen que ver con la electrónica ni con cosas ultramodernas. Algunos dispositivos tecnológicos llevan muchos siglos entre nosotros, son muy baratos y están por todos lados.

Uno de estos humildes dispositivos es el espejo.

El espejo es tan antiguo que se sabe que en el antiguo Egipto ya se usaba, aunque en esa época se construía con metal.

Pero ¿Cómo funciona un espejo? Bueno, para eso primero hay que hablar un poco de la luz. Todos sabéis lo que es la luz… ¿O no? Mmmmmm, pues no os creáis que es fácil explicarlo; un físico os diría que son “oscilaciones del campo electromagnético en la frecuencia visible”, ¡uf! Bueno, para entender el espejo no hace falta llegar a eso, nos basta saber que se propaga en forma de rayos.

Así que todo lo que vemos es un rayo de luz que sale de alguna parte, del Sol, o de una bombilla, o de la chimenea, y va rebotando por ahí hasta que llega a nuestro ojo. O sea, que cuando vemos la Luna, por ejemplo, lo que estamos viendo es una serie de rayos de luz que salieron del Sol, rebotaron en la luna y llegaron a nuestro ojo. Por eso si no hay alguna fuente de luz no vemos nada. Cuando no llega ningún rayo desde el Sol a la Luna no hay nada que rebote, y entonces no la vemos. Esto pasa una vez al mes y se llama luna nueva.

Vale, ya hemos aprendido algo. Los rayos de luz, además, son traviesos, y no se conforman con rebotar sólo una vez, sino que rebotan muchas. Por ejemplo, un rayo de luz puede salir de la bombilla, rebotar en la pared, luego rebotar en una mesa y después llegar a nuestro ojo. Eso se llama luz indirecta. Pero cada vez que rebota se va debilitando, porque los objetos absorben parte de la luz y sólo reflejan otra parte.

Pero hay ciertos materiales especiales que reflejan toda o casi toda la luz, por ejemplo algunos metales. Si además reflejan la luz que les llega con el mismo ángulo con el que choca contra él, tenemos un espejo. Para esto el material tiene que estar pulimentado, o sea, ser muy muy liso, porque si no cada rayo que venga de un mismo objeto saldría para un sitio distinto y veríamos algo muy brillante de color blanco, pero ninguna imagen en él.

Una forma primitiva de espejo, porque es una superficie muy muy lisa, es el agua de un lago, por ejemplo. Pero el hombre encontró formas de hacer mejor lo que hacían los lagos, creando los espejos artificiales. Básicamente, pues, un espejo tiene que ser algo que refleje casi toda la luz y además muy liso para que no deshaga la imagen. Los espejos actuales consisten en una delgada capa de plata o de aluminio depositado sobre una plancha de vidrio, que protege el metal y hace al espejo más duradero.

Incluso hay tipos especiales de espejos que no son planos, sino curvos, y por ello pueden hacer que nos veamos muy delgados o muy gordos. Estos espejos pueden verse en algunas ferias, y son muy divertidos.

¿Y creéis que los espejos sólo sirven para que se miren los presumidos? Pues estáis muy equivocados, porque se utilizan en muchos otros objetos tecnológicos, como los telescopios, las cámaras de fotos y hasta en los faros de los coches para repartir su luz por la carretera.

Por tanto, hoy hemos aprendido que:

  • Los espejos se inventaron hace mucho tiempo, ya se conocían en el antiguo Egipto.
  • La luz sale de una fuente luminosa, como el Sol, y se refleja en varios objetos antes de llegar a nuestro ojo.
  • Si cada rayo se refleja de una manera distinta (con un ángulo distinto) no tenes un espejo, sino un objeto brillante.
  • Si los rayos se reflejan con el mismo ángulo con el que llegan, entonces las imágenes se mantienen, y tenemos un espejo.
  • Los espejos no sólo se usan para mirarse, sino para muchas otras cosas.

  • Fuente: http://pequenoldn.librodenotas.com/tecnologiaparaninos/781/como-funcionan-los-espejos

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